Su iglesia parroquial consta de una sola nave, cubierta con cañón de lunetos y arista en la capilla mayor. En la nave se abren dos pequeñas capillas, una a cada lado, cubierta con arista. Su construcción parece responder a diversos momentos del s.XVI, XVII y XVIII.
Otro pequeño municipio dentro de las influencias de Torrelobatón, que cuenta con menos de cien habitantes y que mantiene un ritmo de vida tradicional, si bien la distancia que les separa de la capital no supera los 34 kilómetros.
Situado en una pequeña ladera que vierte sobre un pequeño valle, Barruelo sigue conservando su sabor añejo con sus casas de adobe que son una auténtica maravilla y que parecen resistir el paso de los años, los vientos y las lluvias.
La iglesia de San Pelayo a la entrada del pueblo, es la construcción más relevante, realizada en piedra, con espadaña y con una bella portada rematada por cuatro bolas y una pequeña pirámide.
El camino que surge frente a ella, nos lleva a una colina en la que aparte de tener una buena panorámica del castillo de Torrelobatón y las tierras colindantes, permite contemplar la Ermita en honor a su patrona la Virgen de Villaudar. Posee todavía una singular espadaña con su correspondiente campana y de la que cuelga una cadenita con la que poder tocar tan bello artilugio.
Celebran tres festejos, todos con clara vocación espiritual, aunque las verbenas, la diversión y la alegría están garantizadas. El domingo de Resurrección con las Fiestas de la Pascua, el 2 de junio con los festejos de La Rogativa y después, el último domingo de septiembre, el final del verano lo marcan las fiestas de El Ofrecimiento.